Un día en el parque de Bomberos de Las Rozas

04/08/2016

María Vélez, Línea Verde

info@lineaverdemunicipal.com

Los incendios son siempre sinónimo de catástrofe para cualquier ciudadano de a pie y el hecho de que alguno se desencadene es algo que asusta. No obstante, ellos no siente miedo, ya que saben que tras de sí hay un exhaustivo estudio y despliegue de medios que velan por su seguridad en tanto que ellos salvan vidas o evitan grandes catástrofes. 

Hablo de los bomberos y, más concretamente en este caso, de los efectivos de la Comunidad de Madrid. Repartidos en 19 parques alrededor de la provincia, ellos luchan porque cada día haya un incendio menos que declarar y pueda catalogarse solamente como conato. ¿Cómo lo consiguen? Pues con tesón, muchas horas de duro trabajo y un gran nivel de organización y coordinación, tras lo cual se esconden largas jornadas de escrupulosos estudios y análisis.  

El Oficial Jefe de la Unidad Técnica de Extinción del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, Luis Rincón, invita a Línea Verde al Parque de Bomberos de Las Rozas para hablarnos de la labor del cuerpo de Bomberos. Luis nos explica la complejidad del trabajo que diariamente realizan, pero lo que transmite con sus palabras es  tal grado de entereza, seguridad y calma que da la sensación de que todo es mucho más sencillo. 

La labor de extinción de un bombero comienza cuando se recibe la alerta por incendio que, tal y como indica Luis “llega a la central de comunicaciones y tiene dos vías, una ordinaria, a través de las torres de vigilancia, y las llamadas al 112 por parte de los ciudadanos”. 

Son 40 los puntos de vigilancia distribuidos en la Comunidad de Madrid que trabajan durante todo el día y alertan de cualquier humo que se visualice, pues “todo incendio forestal comienza localizándose en medio metro cuadrado y, si no se ataja a tiempo, se extiende rápidamente”·

Los parques de bomberos de la Comunidad de Madrid no funcionan de manera autónoma, por lo que en la central existen una serie de procedimientos automáticos “para que no haya que pensar”, asegura Luis. Así, cuando no se sabe si el incendio es o no forestal salen automáticamente los  dos helicópteros y dos camiones que estén más cercanos al lugar de lps hechos. Uno de los dos medios aéreos lleva su brigada, lo cual, según nos cuenta el oficial de bombero, significa que, “además de tirar agua lleva a 10 personas dentro que aterrizan en el suelo y luchan desde allí  para combatir el fuego”. Pero ¿qué ocurre cuando el incendio es forestal? Desafortunadamente son  incendios frecuentes y de gran riesgo durante el período estival. Para combatirlos se duplican los medios anteriormente mencionados y, en función de la evolución del incendio observada desde los helicópteros, se demandan a la central los medios que se vayan considerando necesarios.  


Luis nos cuenta cómo, desde hace tiempo, se trabaja en la comunidad de Madrid en una técnica denominada “el pronto ataque, consistente en que todo incendio que comience pequeño no pase de ahí”, gracias a lo cual el 90% de los incendios forestales no superan la categoría de conatos. Y es que, no debemos olvidar que, tal y como señala el oficial, “cualquier incendio de 20 mil hectáreas comenzó siendo de 10 ó 12 metros cuadrados y se originó por una chispa, rayo o barbacoa y que no se pudo controlar con la adecuada rapidez”. Por ello lo que están haciendo actualmente los bomberos de la Comunidad de Madrid es enviar muchos medios desde el primer momento en el que se da la alarma de incendio sin esperar a evaluar el riesgo del mismo, sino que desde el principio se cuente sobradamente con efectivos y herramientas para que no pase de ser un simple conato. 


En Madrid se trabaja con, aproximadamente, 30 retenes forestales que están en el monte y otros 18 que salen por la mañana y también se reparten en el monte, con lo que desde las 12 de la mañana hasta el ocaso se tienen 48 autobombas repartidas por los montes de la comunidad. Y, además de esto, se cuenta con el apoyo de los 19 parques de bomberos que disponen de las dotaciones propias de funcionarios que también apoyan esta labor. En cuanto a los medios aéreos, cuatro de ellos cuentan con sus propias brigadas. 

Con todo el despliegue se intenta luchar siempre, pero especialmente en verano, contra los incendios forestales, cuyo “daño ecológico y ambiental es bastante mayor, por lo que se vuelca una cantidad de medios más elevada, dado que la capacidad de regeneración en un terreno forestal es mucho más lenta que la de un territorio agrícola”.  Además, asegura Luis,  estas zonas agrícolas están trabajadas por el hombre y por tanto tienen pistas de acceso y suelen ser relativamente llanas. En cambio, el acceso a los montes siempre es mucho más restringido que en las zonas de cosecha. “De modo que el comportamiento del fuego,  la orografía del terreno y  las corrientes de aire que se introducen en cañones y quebradas en el caso de este tipo de incendio, dificulta mucho más la labor de extinción haciéndola aún más peligrosa para los intervinientes”. 


Al hilo, Luis nos explica algo muy a tener en cuenta, y es que en Madrid, la zona de contacto entre el monte y la zona urbana es muy estrecha por lo que resulta muy delicada y compleja de trabajar en caso de incendio. “Allí lo primordial es salvaguardar los bienes de las personas y posteriormente el monte”. 

Desde Línea Verde hemos querido conocer la clasificación de los incendios forestales en función de su gravedad y, Luis nos cuenta que el criterio suele ser el tamaño, de modo que “en España se habla de un  gran incendio a partir de 500 hectáreas”. No obstante, cada administración acaba adaptando esta pauta según la zona y, en Madrid, son 100 las hectáreas necesarias para certificar que estamos ante un gran incendio, pues “no nos podemos permitir tener incendios tan grandes debido a la superficie y los medios que existen”. 

Hasta el momento hablamos de las labores de extinción de incendios, pero, ¿qué decir de algo tan imprescindible como la prevención? Luis destaca que en Madrid, el cuerpo de bomberos lleva a cabo intensas acciones en este sentido durante toda la época de “peligro medio y bajo” (del 1 de octubre al 14 de junio). Las tareas fundamentales en este sentido son las referidas a la apertura y mantenimiento de pistas y cortafuegos y a la construcción de puntos de agua. Puntos gracias a los cuales los vehículos pueden cargar agua en el propio monte una vez que han vaciado todo su depósito. Y, “a nivel de operarios, son unos 350 los trabajadores que durante el año están exclusivamente dedicados a la prevención en montes”, asevera el oficial de bombero. 

Toda labor de prevención se queda corta si hablamos de algo que puede resultar tan catastrófico como un incendio forestal. A este respecto, desde Línea Verde, destacamos el hecho de que el  Plan de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales en la Comunidad de Madrid (INFOMA) no contemple las labores preventivas, sino que, tal y como se indica en el punto 2.4 del decreto por el que quedó aprobado este plan, las actuaciones básicas del mismo sean detección; aviso y extinción; seguridad ciudadana; apoyo sanitario; evacuación y albergue; información a la población; y apoyo logístico. En este sentido Luis nos informa de que, “el Plan INFOMA  habla de la prevención, pero no la trata como tal”. Sin embargo, nos aclara que en el nuevo texto del decreto, del que, como dice, ya existe un borrador, sí que va a aparecer. Y, algo que se ha hecho ya es instar a los municipios de la comunidad a que presenten un plan de actuación propio en cuanto a incendios forestales.  Además, se han distribuido alrededor de unas 40 bombas pequeñas de agua a determinados ayuntamientos para que puedan tener margen de actuación los primeros 10 minutos hasta que llega el primer ataque de bomberos. 

En cuanto al plan INFOMA, cabe decir que, si bien su actuación es más visible en la época de mayor riesgo de incendio, está presente todo el año y, tal y como señala Luis, lo divide en distintas épocas según el nivel de peligrosidad de incendio, siendo la de peligro alto del 15 de junio hasta el 30 de septiembre; peligro medio, del 16 de mayo al 14 de junio y del 1 al 31 de octubre; y peligro bajo, del 1 de noviembre al 15 de mayo. “Se trata de trabajar mucho durante todo el año para que, cuando llegue el momento de mayor riesgo, se puedan desarrollar adecuadamente los distintos procedimientos de extinción”. 

Este plan contra incendios forestales de la Comunidad de Madrid cuenta con tres pilares: 1300 bomberos funcionarios; el personal auxiliar contratado para la campaña de peligro alto en la extinción forestal, compuesto por 212 efectivos; y el personal de empresa o brigadas forestales, compuesto por aproximadamente 583 personas que trabajan todo el año en labores de prevención durante la época de riesgo bajo y extinción en la de riesgo alto. Pero, tal y como resalta Luis, “toda la coordinación se hace desde el Cuerpo de Bomberos, claro que la totalidad de los efectivos están completamente integrados para llevar a cabo apropiadamente esta imprescindible labor”. 


En este sentido, una de las mejoras en el INFOMA este año 2016 pasa por la formación conjunta entre bomberos, brigadas forestales y agentes forestales que, según asegura Luis, ha sido crucial, pues lo que intentan, afirma, “es que el dispositivo cuente cada vez con mayor integración y que, independientemente de los distintos estatus que se observan entre la multiplicidad de efectivos, el trabajo sea aún más fluido”. Se trata de que todo el mundo sepa lo que necesita cada especialista para que el trabajo se desarrolle de forma idónea. 

Y, algo novedoso y que está resultando muy beneficioso, es el pastoreo de cortafuegos. Esta técnica, puesta en práctica hace unos 5 ó 6 años,  resulta mucho más barata que si se lleva a cabo con maquinaria y personal (concretamente el importe corresponde a la cuarta parte) lo cual es bueno para el ciudadano y mucho más sostenible. Así mismo, con esta técnica se apoya a la población local dedicada al pastoreo. 

Una vez que conocemos su modo de trabajo y las novedosas técnicas y mejoras que se están poniendo en práctica, llega el momento de hablar de una cuestión tan delicada como importante. ¿Qué porcentaje de incendios forestales son fruto de la actividad del hombre? Luis nos cuenta que “el 85% de estos incendios son antrópicos, o debidos a la acción humana”, claro que, como él mismo aclara “son incendios provocados por el hombre, con o sin intención, ya que es algo muy distinto, pues hablamos de incendios que pueden ser debidos a las chispas de las vías de un tren, de una cosechadora, una barbacoa o un cigarrillo arrojado en mitad del monte”. Pero, de ese 85%, ¿cuántos son intencionados? “En la Comunidad de Madrid todos los incendios forestales son investigados por el cuerpo de agentes forestales. Los Bomberos se centran en la prevención y la extinción de incendios, pero colaboran con los agentes en la investigación facilitando todos los datos posibles acerca del inicio del incendio, dándoles la voz de alarma cuando se produce uno e intentando alterar lo menos posible toda la zona de comienzo del incendio”. 

Lo que no hay que olvidar es que todos debemos ser conscientes de la gravedad que entraña que se desate un incendio de estas características. Sólo con evitar ciertos gestos contribuiríamos a que la inmensa mayoría de incendios forestales que se desatan pudieran no existir. Podemos poner el ejemplo del trágico incendio que se produjo en Guadalajara hace 11 años que acabó con la vida de 11 personas, suceso a raíz del cual, según indica Luis,  “la Administración Pública de Madrid tomó la determinación de prohibir las barbacoas en terreno forestal y gracias a esta medida la disminución de incendios ha sido descomunal”. No obstante, sigue habiendo personas que realizan este tipo de actividades en terreno forestal debido a que se encuentran en un monte de titularidad privada que es de su pertenencia. De hecho, los bomberos son alertados por un humo desde las torres de vigilancia y, cuando se dirigen al lugar de los hechos, se encuentran con la dificultad de que estas personas, que se encuentran llevando a cabo tales actividades de ocio en un terreno que es de su propiedad, no comprenden que, según las explicaciones que Luis nos ofrece con tono tajante,  “aunque sea suyo, está prohibido hacer barbacoas en territorio forestal”.  

Ante todo, Luis pide a la población, que no deje de disfrutar del entorno natural con el que se cuenta en Madrid, que es muy rico, pero que lo haga con sentido común. 

Y, desde el Cuerpo de Bomberos se ruega a los ciudadanos que “llamen siempre al 112, que es gratuito,  con independencia de si se cree que ya otra persona haya podido hacerlo con anterioridad o no, pues esa llamada puede ser vital para el control de un incendio”. 

Gracias a la labor del cuerpo de Bomberos de Madrid, en 2015,  casi el 80 por ciento de los incendios declarados se quedaron en conatos y, tal y como señala Luis, “hasta el momento, y durante los últimos años,  las labores se han desarrollado con éxito, evitando que en la comunidad tenga lugar ningún incendio forestal con una entidad importante”.  

Como despedida, Luis asegura que, a pesar de que ponerse ante un frente de llamas puede resultar muy complejo y delicado en muchos momentos, su satisfacción es muy grande cuando se da la alerta para una salida, sube al helicóptero y, una vez controlado el incendio, vuelve “con el trabajo hecho”. 


María Vélez, Línea Verde

Luis Rincón, Oficial del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid

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